Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo han alcanzado un acuerdo para imponer un uso mínimo del 2% de combustibles sostenibles a partir de 2025 a los aviones que despeguen de aeropuertos en la Unión Europea, un objetivo que deberá aumentar progresivamente hasta representar el 70% del carburante empleado por el sector en 2050.
Las nuevas reglas, que necesitan aún el visto formal del pleno de la Eurocámara y de los Veintisiete, elevan el objetivo de carburantes ‘verdes’ que la Comisión Europea planteó como inicio de la negociación (65%) pero no llega al 85% que reclamaban los eurodiputados.
“Es un punto de inflexión para la aviación europea y la sitúa en un camino firme hacia la descarbonización”, ha celebrado la comisaria de Transporte, Andina Valean, para quien las nuevas normas permitirán mejorar la seguridad energética del bloque y reducir la dependencia de los Veintisiete de las importaciones de combustibles fósiles.
La comisaria ha valorado también el potencial de creación de empleo del sector de los combustibles sostenibles, un mercado que según Bruselas permitirá crear más de 200.000 nuevos puestos de trabajo en el espacio comunitario, en especial en el sector de las renovables.
La modulación finalmente consensuada entre las instituciones comunitarias arranca así del 2% en 2025 con aumentos cada cinco años, de modo que el objetivo mínimo en 20230 sea de un 6% de carburantes ‘verdes’, del 20% en 2035; 34% en 2040 y del 42% en 2045; hasta llegar el 70% en 2050.
En la definición de combustible sostenible para la aviación se incluyen tanto combustibles sintéticos como biocombustibles obtenidos de desechos agrícolas o forestales, algas, residuos orgánicos o aceite de cocina usado.
En el caso de los sintéticos, el acuerdo precisa la proporción específica de la mezcla de modo que, por ejemplo, para el e-keroseno se fija un 1,2% en 2030; 2% en 2032; 5% en 2035 y así progresivamente hasta el 35% en 2050.
A propuesta de los eurodiputados, se incluirán también carburantes reciclados producidos a partir de gases emitidos en el procesamiento de residuos u obtenidos a partir de desechos plásticos.
Además, quedan fuera aquellos combustibles que puedan obtenerse a partir de cultivos alimentarios y forraje o los derivados del aceite de palma y la soja porque no cumplen con los criterios de sostenibilidad fijados por la UE.
La nueva legislación, que forma parte de un paquete climático más amplio que fija los objetivos de la UE en materia ambiental para las próximas décadas, prevé la creación de un sello europeo ‘verde’ para los vuelos a partir de 2025, con el objetivo de que las aerolíneas puedan acreditar la huella de carbono por pasajero y las emisiones de CO2 estimadas por kilómetro y permitir así a los viajeros comparar cuáles son las opciones más sostenibles para su completar su ruta.
“Gracias a este acuerdo la descarbonización del sector aéreo está en marcha”, ha celebrado el eurodiputado de Ciudadanos ponente de la posición de la Eurocámara, José Ramón Bauzá, quien ha destacado del acuerdo que establece “condiciones de competencia justa gracias a reglas armonizadas y preserva también la conectividad aérea en la UE”.