El aumento tanto de los gastos como de la demanda en 2022 llevó a las aerolíneas a buscar soluciones que permitieran mejorar su rendimiento, apostando por la reducción en la cantidad de vuelos, que han decrecido un 11%, pero con aviones más grandes, lo que ha permitido incrementar en un 4% la capacidad ofertada.
Con esta solución, las compañías aéreas están atendiendo a casi el mismo volumen de pasajeros, pero con una menor frecuencia de vuelos, lo que permite rentabilizar más las operaciones.
Así se desprende del informe ‘Airline Economic Analysis 2022-2023’ de Oliver Wyman, que también pone en valor cómo se ha reducido en un 55% el tiempo de viaje gracias a conexiones más rápidas entre vuelos o más servicios sin escalas.
El informe destaca que las aerolíneas se han visto afectadas por el entorno geopolítico marcado por la guerra en Ucrania, la elevada inflación, el aumento de los costes salariales, la escasez de mano de obra y el cambio de paradigma en las reuniones de negocios, cada vez más digitalizadas tras la pandemia.
Pese a ello, el volumen de la demanda de viajes aéreos se ha ido recuperando de manera progresiva y continua desde la primavera de 2021. En 2022, la mayoría de las aerolíneas volvieron a tener beneficios por sus operaciones, aumentando su rendimiento en la segunda mitad y demostrando un incremento en la demanda de viajes.
Ingresos mundiales
En concreto, se ha generado una subida de un 64% en los ingresos mundiales por pasajero-kilómetro (RPK, por sus siglas en inglés) este último año frente a los datos del 2021. Sin embargo, el tráfico diario de pasajeros en los aeropuertos, en general, aún no ha alcanzado los niveles de 2019, situándose un 32% por debajo.
En concreto, la demanda europea de vuelos en 2022 se situó un 22% por debajo de los datos alcanzados en 2019, mientras que la estadounidense consiguió alcanzar una mayor recuperación en diciembre de 2022, situándose a solo un 8% por debajo de las cifras de 2019.
Sin embargo, este aumento de la demanda ha provocado ciertos problemas, como la dificultad para satisfacerla por completo, los largos tiempos de espera y los cuellos de botella en aeropuertos.
Escasez de personal
Tras la pandemia se ha evidenciado el problema de personal del sector del transporte aéreo en todas las categorías profesionales. Oliver Wyman añade, además, que este problema “no parece tener solución a corto plazo” ya que estos trabajadores necesitan pasar por “exhaustivos controles de antecedentes y aptitudes” antes de poder ejercer al ser responsables de la seguridad de miles de pasajeros.
La asistencia en tierra y los controles de seguridad han sido dos de los puntos débiles en los aeropuertos. Los problemas y limitaciones en la contratación, los procesos de acreditación largos y el elevado número de empleados sin experiencia y menos productivos han supuesto mayores tiempos de espera en los procedimientos de facturación y control.
Como consecuencia de esta escasez, muchos aeropuertos han limitado el número de pasajeros y cancelados vuelos. Asimismo, esto ha afectado a la puntualidad y la tasa de salidas en hora cayó seis puntos porcentuales en 2022, situándose en un 70% frente al 76%.