La secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo, ha anticipado en la Comisión de Turismo de Cámara de España, las buenas previsiones en 2024 para el turismo internacional en nuestro país. Para Morillo, “el reto compartido ahora para el sector es desestacionalizar destinos y llevar esa riqueza que deja el turismo a nuevos puntos”.
En su intervención, la secretaria de Estado también ha destacado que 2023 se ha cerrado con la asignación del 100% de los 3.400 millones destinados a la modernización del sector a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. “De ellos, muchos representan cambios en infraestructuras y servicios públicos, por eso veremos su materialización en 2024 y 2025”, ha asegurado.
Morillo también ha explicado el interés en impulsar la eficiencia energética y la economía circular en el sector turístico, con una dotación de 119,6 millones de euros en la convocatoria de 2023 e incorporando nuevos segmentos beneficiarios, como la restauración.
Además, Morillo ha recordado la atribución de una parte de esos fondos a la adquisición de competencias digitales por parte de empleados del ámbito turístico por un montante de 54 millones de euros, permitiendo además el reciclaje profesional, en un momento en el que el sector necesita comprometer talento.
En su análisis, la secretaria de Estado de Turismo ha puesto en valor la reciente aprobación de un reglamento europeo sobre la recopilación y el intercambio de datos en las plataformas que comercializan vivienda turística y en la que “España quiere ser pionera”.
Según Morillo, España quiere ser un país piloto en la implantación y el desarrollo del software que ejercerá el control. El reglamento crea un sistema de registro armonizado para toda la UE, de forma que cualquier vivienda que se ofrezca en alquiler turístico tendrá que registrarse, proporcionando una serie de datos para recibir un número de registro único que a su vez deberá ser empleado en las plataformas.
Medir la sostenibilidad
La secretaria de Estado de Turismo también ha afirmado que los países europeos tienen en materia de turismo “problemas compartidos”, tal y como se pudo constatar con la adopción de la Declaración de Palma durante la presidencia española del Consejo de la UE, y en la que se quisieron fijar los puentes hacia la sostenibilidad social del sector.
“La asignatura pendiente ahora, es poder medir la sostenibilidad para poder hacer una hoja de ruta que permita aprender de quienes lo hagan mejor. La estrategia se debe convertir en objetivos y acciones para llegar a un modelo turístico sostenible”, concluyó.