La Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha presentado el proyecto de investigación internacional financiado por la UE Fun Robot Outdoor Guide (FROG), del que es partícipe y que consiste en un robot para ocio turístico que interactúa con los humanos.
Se trata de un robot de servicios de última generación que se parece a una rana ('frog' en inglés), un nuevo guía turístico que explica (de momento en inglés, holandés y español) la historia del emblemático palacio sevillano del siglo XI empleando tecnología de realidad aumentada.
El Fun Robot Outdoor Guide es el resultado de un proyecto investigación internacional sobre robótica social financiado por la Unión Europea, en su 7º Programa Marco de investigación, en el que participa concretamente la Escuela Politécnica Superior de la citada universidad sevillana.
Al acto de presentación de este robot, que ha estado a cargo del profesor de Robótica de la UPO y coordinador del proyecto en España, Luis Merino Cabañas, han asistido el rector de la Olavide, Vicente Guzmán; el director del Real Alcázar de Sevilla, Jacinto Pérez Elliot; la profesora de la Universidad holandesa de Twente y coordinadora del proyecto internacional, Vanessa Evers; y la vicerrectora de TIC, Calidad e Innovación de la UPO, Alicia Troncoso.
El robot ya ha sido probado como guía en el zoo de Lisboa
El robot, que ya ha sido probado como guía en el zoo de Lisboa, está diseñado, además de para dar explicaciones sobre el edificio, para interactuar con los humanos, y es capaz, mediante un sistema de reconocimiento facial, de detectar si el turista se aburre o no atiende, de modo que puede cambiar el tono de su discurso o, simplemente, cortar y cambiar de tema.
"Es una audioguía pero con más inteligencia y, sobre todo, interactiva", señala Merino, para quien "esa capacidad de entender algunos sentimientos de las personas y comportarse adecuadamente es algo bastante novedoso en robótica y que, además, es una tendencia muy fuerte en este campo". El sistema dispone de una pantalla táctil y tiene una autonomía de casi tres horas, por lo que cuando detecta que se queda sin batería se retira para cargarse automáticamente.
El Alcázar de Sevilla ha colaborado con el proyecto cediendo el espacio para las pruebas de desarrollo de este novedoso robot que, en un futuro, podría tener cercana una utilidad social y para el ocio, pues, ha indicado Merino, "podría desarrollarse como un asistente o un acompañante para los profesionales del turismo".