El grupo turístico Thomas Cook se encuentra inmerso en una lucha a contrarreloj para conseguir 225 millones más en cuestión de días y evitar la quiebra, dado que, según ha comunicado la compañía, ese sería el requisito que le han puesto sus prestamistas para aprobar el plan de rescate de más de 1.000 millones de euros.
El operador turístico ha explicado que continúa en conversaciones con las partes afectadas por su situación económica, incluido su mayor accionista, el inversor chino Fosun, sus bancos prestamistas, especialmente el Royal Bank de Escocia, y la mayoría de sus inversores.
“Los conversaciones se centran en la necesidad de una reserva estacional de 225 millones, además de la inyección de capital de 1.020 millones que anunciamos anteriormente”, apunta el comunicado.
De estos 1.020 millones, aproximadamente la mitad provendría de Fosun, que obtiene como contrapartida el 75% del operador turístico y el 25% de Thomas Cook Airlines, y el resto lo aportarían los prestamistas del grupo turístico, que tomarían el control de la aerolínea y del 25% del turoperador.
"Se espera que la recapitalización dé como resultado que los intereses de los accionistas existentes se diluyan significativamente, con un riesgo significativo de no recuperación", ha reconocido Thomas Cook en su comunicado.
Los pilotos británicos piden al Gobierno que intervenga
Por otro lado, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas Británicas (Balpa) ha instado al primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, a que intervenga para que los bancos no obliguen a Thomas Cook a hacer frente a sus deudas, según ha informado Travel Weekly.
“Estos mismos bancos fueron rescatados por el contribuyente por una suma de 73.000 millones y el Royal Bank de Escocia es propiedad mayoritaria del estado”, ha explicado Balpa.
En concreto, su secretario general, Brian Strutton, ha lamentado que los bancos “no muestren lealtad a una gran compañía británica como Thomas Cook” y ha cifrado en “9.000 empleos” los que se encuentran en riesgo por la situación del grupo turístico.
“El Gobierno tiene voz en esto, es dueño de uno de los bancos clave y aún tiene gran influencia sobre el otro [Lloyds]”, ha declarado Strutton que ha insistido en la necesidad de que Boris Johnson pida al Royal Bank de Escocia y a Lloyds que apoyen a Thomas Cook.
“Si Thomas Cook quiebra, al contribuyente le costará tanto repatriar a los viajeros como le hubiese costado al Gobierno salvar al grupo turístico”, ha señalado el secretario general de Balpa.
Más de 600.000 clientes de Thomas Cook se encuentran disfrutando de sus vacaciones en este momento, de los cuales unos 160.000 son británicos. El coste de repatriarlos sería de 680 millones de euros aproximadamente.