El Gobierno francés ha anunciado un control “todavía más drástico” de la frontera con Reino Unido para ralentizar la expansión de la variante ómicron del coronavirus, lo que se traducirá, entre otras medidas, en la prohibición de los viajes que no sean considerados esenciales, como los turísticos.
El portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, ha defendido en una entrevista con la cadena BFMTV la necesidad de endurecer las restricciones un día después de que las autoridades sanitarias de Reino Unido notificasen la mayor cifra diaria de casos de COVID-19 de toda la pandemia, con más de 78.000.
Quienes quieran entrar en Francia procedentes de territorio británico deberán justificar su viaje a partir del sábado, así como presentar una prueba de coronavirus y guardar una semana de cuarentena a su llegada, si bien este aislamiento podría romperse al segundo día en caso de un segundo test negativo.
El ministro de Transporte de Reino Unido, Gran Shapps, ha aclarado en twitter, tras hablar con su homólogo galo, que los camioneros estarán exentos de estas nuevas medidas.
Francia tiene confirmados 240 casos de ómicron, mientras que en Reino Unido la variante ha afectado ya a más de 10.000 personas, si bien las autoridades reconocen que es sólo una estadística oficial y la variante está llamada a ser dominante en las próximas semanas.