El Gobierno británico da un golpe sobre la mesa y facilita la entrada y salida de turistas de su territorio. Así lo hizo saber el presidente, Boris Johnson, esta semana, a través de una medida que entra en vigor este mismo viernes, y que facilitará enormemente los viajes internacionales desde su territorio.
Ante la imparable expansión de ómicron, y siguiendo los consejos ofrecidos por la OMS, Johnson ha decidido dar un paso adelante sobre la convivencia con la nueva variante, eliminando algunas de las restricciones que afectaban al flujo de pasajeros desde y hacia el extranjero.
De esta manera, no será necesario realizarse un test de COVID-19 para viajar hacia Reino Unido, junto al requisito de someterse a una PCR a las 48 horas de llegar al país, al igual que la cuarentena que había que guardar hasta conocer los resultados de la misma.
No obstante, desde el ejecutivo piden prudencia, y recomiendan realizarse un test de antígenos antes de que pasen dos días desde el aterrizaje, y en caso de resultar positivo, acudir para realizarse una PCR que permita identificar la variante a la que pertenece el contagio.
Desde el sector turístico han reprochado al ejecutivo británico la tardanza en anular las restricciones, que tan negativamente han afectado a su recuperación durante la segunda mitad de 2021, alegando, además, que son injustificables, ya que el país ya cuenta con ómicron como principal cepa, causando cerca de los 200.000 casos diarios que se registran en los últimos días.