Las previsiones para la próxima temporada de verano permiten ser optimistas para el mercado alemán, que mantiene su imagen fuerte y las tasas de consideración de viaje y de reserva se aproximan a las que hubo antes de la pandemia, según el Informe Tendencias de Mercado de Turespaña. De hecho, España lidera las programaciones aéreas en Alemania frente a sus competidores.
En capacidades programadas para España entre el 1 de abril y el 30 de septiembre de 2022, España se sitúa a la cabeza de sus principales competidores, pero a diferencia de lo que ocurre en el Mediterráneo Oriental, la previsión de capacidades sigue por debajo de lo que se programó para el verano de 2019 (-9,1%), dado que la turoperación apuesta muy fuerte por Grecia (+22,5%) y Turquía (+20,9%) para el próximo verano.
Las búsquedas de vuelos de ida y vuelta en el motor de búsquedas de Skyscanner para la temporada de verano se han mantenido, hasta fechas muy recientes, muy por debajo de las que se realizaban antes de la pandemia. No obstante, se han comportado en general mejor que la media de búsquedas internacionales, salvo un breve periodo durante las fiestas navideñas.
La línea de tendencia a partir de entonces es más vertical, y apunta a una recuperación más rápida observándose el descenso coincidiendo con la agresión a Ucrania. Los datos coinciden con los de Travel Data Analytics, que constatan que el tradicional “pico” de reservas para la temporada de verano, que antes era habitual en enero, se ha desplazado a febrero.
No obstante, dicho crecimiento se ha visto ralentizado en las últimas semanas para el total de los destinos con el inicio de la guerra en Ucrania. Ello hace prever que, con excepción de las familias con niños en edad escolar, que disponen de un periodo de vacaciones muy limitado, se mantenga la tendencia del año pasado a reservar con muy poca anticipación.
En cuanto a las reservas para vuelos en temporada de verano (del 1 de abril al 30 de septiembre) desde Alemania a España y diversos competidores en aerolíneas IATA, se aprecia que España ha superado el nivel pre-pandemia, mientras que en el caso de Italia, Francia y Turquía el ritmo de reservas sigue por debajo del que hubo en el mismo periodo en 2019. Destaca el crecimiento de Grecia en estos primeros meses respecto del último año pre-pandemia.
Los principales destinos reflejan crecimientos de reservas alemanas para la Comunidad Valenciana y Andalucía, sobre todo teniendo en cuenta el volumen. Baleares, Canarias y Cataluña están aún por debajo de las reservas registradas en el primer trimestre de 2019.
En cuanto a los factores político-sociales, las restricciones a los viajes internacionales se han ido eliminando en Alemania. Además, el 76% de la población está vacunada, aunque la cifra se ha estancado y todavía hay 20 millones de no vacunados en el país. Además, el gasto del turista doméstico alemán aumentó el pasado año un 9%, pero todavía se quedó a un -27% del alcanzado en prepandemia. En contraste, el turista emisor exterior creció un 9% en 2021, quedándose a un -40% del volumen de 2019.
En cuanto a la prospectiva, en Alemania la percepción general de España como destino turístico se mantiene en niveles muy altos y ha recuperado en el último trimestre los valores que tenía en el mismo periodo, justo antes de la irrupción de la pandemia (mediados de noviembre a mediados de febrero).
Si bien España mantiene una alta consideración con respecto a sus competidores –el 28% de los encuestados la incluye en el set de consideración–, continúa en el segundo puesto en dicha escala con respecto a Italia.
En intención de viaje, sin embargo, este año se sitúa en primer lugar, ya que casi el 12% menciona España como destino favorito para su próximo viaje, recuperando la primera posición a Italia, que lideraba el año anterior.
Entre los que nos han visitado en algún momento, el 68,8% afirma estar satisfecho con su viaje. El indicador ha empeorado ligeramente desde el último periodo y se sitúa por debajo de Grecia y Portugal.
A pesar de las buenas perspectivas, Turespaña contempla que los factores coyunturales como la inflación, los precios de la energía que encarecen los vuelos o la lejanía del destino en un contexto de incertidumbre derivada de la situación en Ucrania y su posible impacto adverso sobre la economía, pueden tener un efecto de recorte respecto de otros destinos.