La falta de autonomía y una escasa red de puntos de carga dificultan la electrificación del sector.
El sector de los transportes se enfrenta a enormes retos para seguir avanzando en su proceso de descarbonización. Uno de los que más debe trabajar es el sector del alquiler de vehículos. Estas empresas de servicios de alquiler de vehículos están acostumbradas a renovar con frecuencia sus flotas –la mayoría de vehículos, aseguran, no tienen más de un año de vida–, pero todavía no pueden apostar todo lo fuerte que les gustaría por los vehículos 100% eléctricos.
Juan Luis Barahona, presidente ejecutivo de Feneval, asegura que “sabemos que el esfuerzo de toda la automoción está siendo muy importante, pero consideramos que esta transición ha de ser progresiva, buscando la eficiencia regulatoria, basándonos en la definición de estrategias que favorezcan que los operadores alcancen los objetivos de la forma más eficiente, y, al mismo tiempo, satisfacer las necesidades más básicas de desplazamientos frecuentes de los ciudadanos bajo el principio de ‘accesibilidad universal’”.
Tobias Zisik, director general de Europcar Mobility Group España, asegura que la electrificación de las flotas “es una apuesta fundamental de presente y futuro. Tenemos un compromiso a nivel global a través del programa ‘Una flota sostenible’: para finales de 2023, uno de cada tres de nuestros vehículos será eléctrico o híbrido”.
De hecho, dentro de este objetivo, en el caso de España la compañía ya ha avanzado notablemente. “Para finales de este año nuestro objetivo es contar en España ya con un 20% de coches eléctricos, híbridos y enchufables, es decir, con 6.000 coches ‘verdes’ a disposición de los clientes”, confirma Zisik.
Pero, como asegura Renzo Roncal, vicepresidente y director general España de Enterprise Holdings, esta transición al eléctrico está avalada porque “los clientes muestran un interés incipiente por los coches eléctricos. Sin embargo, la demanda está tardando en crecer”, asegura.
¿Y a qué se debe esto? Fundamentalmente, a dos factores: la falta de madurez de la tecnología eléctrica, de elevados costes y escasa autonomía, y por otro lado la ausencia de una infraestructura de puntos de carga, especialmente de repostaje rápido.
“Todavía no lo estamos (preparados), de hecho, seguimos a la cola de Europa. Tenemos un largo camino por recorrer en comparación con el resto de países de la UE y, aunque la situación ha mejorado y el sector está impulsando de manera decidida y apostando por esta movilidad sostenible, existen algunas barreras importantes con respecto a otros países”, asegura Zisik.
Roncal, de hecho, confirma que gracias a la constante renovación de las flotas “se podría hacer una transición rápida”, pero hace hincapié en los problemas que estos vehículos presentan a sus consumidores finales. “Por un lado, la capacidad de producción aún es baja y no podría atender las necesidades del rent a car. Por otro lado, muchos clientes tienen lo que se conoce como ‘ansiedad por la autonomía [del coche]’”, que se acentúa “al existir un volumen bajo de puntos de recarga”, provocando que un “porcentaje alto de clientes no se sienten seguros al alquilar un eléctrico” Y, por supuesto, a día de hoy es necesario el “cambio de hábitos: de parar a repostar gasolina en tan solo cinco minutos hay que pasar a parar un periodo más largo”.
De hecho, para Enterprise el objetivo no está fijado en “solo crecer en el número de vehículos eléctricos, sino en trabajar con los socios del sector y stakeholders, incluidos los gobiernos y los organismos reguladores, para impulsar la viabilidad a largo plazo de los vehículos eléctricos”.
A la falta de puntos de carga, Zisik quiere destacar también otro problema: la “falta de coherencia regulatoria en materia medioambiental a nivel autonómico que perjudica a las empresas de movilidad que operan indistintamente en las diferentes regiones españolas, obligándoles a adaptarse a distintas exigencias, criterios y pegatinas”, sin valorar que los coches están rotando por el territorio nacional de manera constante.
Desde Europcar aseguran que es necesaria una “mayor colaboración público-privada”, con “planes de ayuda para la electrificación de la flota y la implantación de puntos de recarga, principalmente en zonas estratégicas como aeropuertos y estaciones”, junto a la “armonización regulatoria” que pase por una “unificación” a nivel nacional.
“Nosotros somos parte de la solución, no del problema. El rent a car puede ser una fórmula perfecta para que el público se familiarice con los vehículos eléctricos, somos una primera toma de contacto que puede llevarle a su adquisición posterior”, confirma el director general en España de la compañía.
La La falta de puntos carga se convierte en uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el rent a car eléctrico.
Además, Barahona confirma que “en España estamos todavía muy lejos de los objetivos que se habían planteado para estas fechas. De hecho, según el barómetro de electromovilidad de Anfac, se ha cerrado 2021 con 13.411 puntos de recarga a lo largo de todo el territorio nacional, dato muy inferior al objetivo de 28.240 puntos de recarga, hito necesario para alcanzar la senda de los 340.000 puntos de recarga en 2030 que puedan abastecer de manera eficiente y suficiente a los cinco millones de vehículos electrificados marcados para el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima”.
Por su parte, desde Enterprise han analizado las necesidades del sector y han definido una hoja que ruta que se debe seguir para que la electrificación llegue a buen puerto. Por un lado, confirman que la demanda de alquiler de vehículos eléctricos va a depender directamente de la infraestructura de recarga pública rápida. Además, consideran que hasta que el mercado de suministro de este tipo de vehículos madure, los costes no se rebajarán. Además, debe de solucionarse la problemática operativa que supone el tiempo de recarga en un coche de alquiler, que vuelve a salir a la calle, de media, en menos de una hora. Por último, que la inversión a realizar en las sucursales deberá coordinarse para asegurar los suministros eléctricos.
“Queremos asegurar que la experiencia de la movilidad con vehículos eléctricos cumpla las expectativas de los clientes, que la infraestructura sea suficiente y que seamos capaces de aportar al mercado servicios de movilidad con vehículos eléctricos viables a largo plazo. Para lograrlo, el Gobierno también debería acelerar el despliegue de la infraestructura de recarga en todo el país, reduciendo la burocracia y aumentando la financiación”, remarcan.
Insuficientes ayudas
Otra de las trabas con las que se encuentra el sector es la falta de ayudas para poder ir electrificando su operativa. En cuanto a las flotas, ambas compañías ven positivamente la implantación del Plan Moves para grandes flotas, pero coinciden en que su presupuesto se queda escaso. “Es un buen primer paso, aunque es insuficiente para cubrir el diferencial de precio”, señalan desde Enterprise.
Además, “los planes para las infraestructuras también son a todas luces insuficientes, y necesitaríamos complementarlos con planes de incentivos a los servicios de movilidad como el alquiler”, remarca Zisik.
Feneval, además, destacan que “son necesarias planes y políticas de incentivo al vehículo eléctrico, con dotación para hacer frente a los retos de electrificar el parque e instalar infraestructuras de recarga rápida”.
De igual forma, la llegada de los fondos Next Generation EU van a ser fundamentales “de cara a la recuperación y a poder cumplir las exigencias medioambientales de Bruselas sobre los objetivos de descarbonización y así alcanzar un continente climáticamente neutro en 2050”, confirman desde Europcar Mobility Group España, especialmente necesarios “para la implantación de una red de carga suficientemente densa que nos permita acortar la distancia con los países de nuestro entorno”.
