La firma hotelera Paradores prevé que el ritmo de ocupación se prolongue más allá del verano. Así, estima que las habitaciones ocupadas en la red de establecimientos durante los meses de septiembre y octubre superen en un 7% los registros de 2019, prolongando la tendencia observada durante el verano.
La cadena hotelera pública, que ya había logrado recuperar los niveles prepandemia en el verano de 2021, ha vuelto a fortalecer dicha tendencia durante los meses de junio a agosto de este año, cuando las habitaciones ocupadas superaron los niveles de 2019 en un 7%.
Además, esa senda de recuperación se espera que se prolongue con el inicio del otoño, al estimar que durante los meses de septiembre y octubre los niveles de ocupación sigan superando en un 7% a los de 2019.
La empresa atribuye ese comportamiento al dinamismo de la demanda doméstica, no solo en los ámbitos de ocio sino también del segmento de turismo de negocios, junto con el regreso de los viajeros internacionales, y muy en especial del estadounidense, que se ha visto favorecido por la fortaleza del dólar.
Alargamiento de la temporada
Para el presidente de Paradores, Pedro Saura, “la mejor noticia es que, ante los temores de una desaceleración en la afluencia de viajeros, nuestras actuales proyecciones apuntan a que dicha tendencia se apuntale durante los dos próximos meses”.
Este comportamiento refleja en su opinión la resiliencia del modelo de turismo de Paradores en un contexto de incertidumbre en el entorno económico global. Para Saura, “que la vitalidad de la actividad en Paradores y del sector de turismo en general se prolongue en el tiempo, tendrá efectos positivos sobre el resto de la economía y será crucial para desacoplar a la economía española de la tendencia de desaceleración global”.
Desde el verano pasado, Paradores ha registrado una recuperación continua de visitantes, sobre todo de los nacionales.
Además de la recuperación de la demanda nacional de turismo de ocio este verano, durante el próximo otoño se espera una reactivación del turismo de negocios, así como una mayor afluencia de turistas internacionales de largo radio, “en parte alentada por la reciente depreciación del euro y la percepción de que el conflicto bélico se ha quedado reducido a un ámbito muy localizado”.