El Aeropuerto de Barcelona-El Prat suma siete propuestas de distintas entidades y administraciones para asumir la llegada de más vuelos intercontinentales, mientras que asociaciones ecologistas apuestan mantener su capacidad actual.
La infraestructura tiene tres pistas: la primera es la más larga y se utiliza para aterrizajes, la segunda es transversal y se utiliza de noche, y la tercera es la más cercana al mar y a la laguna de La Ricarda y es donde los aviones despegan.
Este sistema de pistas segregadas provoca que el despegue de los aviones más largos y con mayor capacidad de pasajeros, que por cuestiones de seguridad necesitan más superficie de pista de la que tiene la tercera, pare la operativa del aeropuerto.
Las propuestas para cambiar esta situación pasan por alargar pistas, que implica un impacto ecológico en el espacio medioambiental de La Ricarda o en el mar, o por incrementar los vuelos que sobrevuelan las poblaciones de Gavá y Castelldefels, lo que provoca más contaminación acústica.
La primera propuesta
En 2021, Aena propuso ampliar en 500 metros la pista más próxima al mar, hasta los 3.160 metros, con una inversión de 262 millones de euros, para que por ella pudieran despegar vuelos de largo radio.
La propuesta, que actualmente Aena sigue defendiendo, implica conservar al uso segregado de las pistas, pasar de 80 a 90 operaciones por hora y llevar a cabo compensaciones ambientales que restauren la invasión del área protegida de La Ricarda.
La cuestión quedó aparcada hasta que, en febrero del año pasado, Govern y el PSC pactaron los Presupuestos de la Generalitat para 2023: el acuerdo incluyó un pacto para modernizar el Aeropuerto de Barcelona como uno de los tres proyectos estratégicos para el territorio, junto con el Hard Rock (Tarragona) y la B-40.
Lluvia de modelos
En febrero de 2023, la Generalitat recibió un proyecto elaborado por una consultora a iniciativa del ingeniero y directivo Joaquim Coello en el que se contemplaba la opción de construir una pista nueva sobre el mar, a una milla de distancia de la costa.
La pista ocuparía unos 3.400 metros de longitud, estaría conectada con el aeropuerto mediante una plataforma y no afectaría al espacio natural de La Ricarda.
En julio de 2023, Barcelona Global propuso alargar 350 metros la pista corta paralela al mar para que los aviones intercontinentales pudiesen despegar por ella.
La entidad consideró que se pueden conseguir 3.310 metros de distancia de despegue alargando esta pista 350 metros de pavimento sin afectar la lámina de agua de La Ricarda y añadiendo 300 metros de ‘clearway’, una zona no pavimenta que se considera parte de la pista porque es zona de despegue.
En agosto de 2023, el ex arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Josep Antoni Acebillo, presentó en la comisión sobre el aeropuerto que creó Fomento del Trabajo un modelo para alargar la actual pista cruzada por encima del mar.
Esta propuesta implicaría reducir la tercera pista y afectaría ambientalmente la línea de la playa de El Prat de Llobregat y Viladecans, mientras que la zona de La Ricarda quedaría intacta.
En septiembre de 2023, la entidad medioambiental Oikia apostó por desviar parte de los vuelos ‘low cost’ que operan en el Aeropuerto de Barcelona a otros aeropuertos catalanes y mejorar las conexiones por tren entre infraestructuras, en lugar de ampliar la tercera pista de El Prat.
Con este sistema, El Prat acogería vuelos intercontinentales o de largo radio y visitantes por negocios, los aeropuertos de Girona y Reus (Tarragona) asumirían los vuelos ‘low cost’ y el Aeropuerto de Alguaire (Lleida) las mercancías.
En octubre de 2023, Foment del Treball propuso alargar la tercera pista de la infraestructura 840 metros por encima de La Ricarda, preservando la biodiversidad subacuática y el espacio natural.
Para ello, se construiría una estructura de unos 300 metros de largo por unos 200 de ancho sostenida por pilones de 55 metros, con un espacio de entre 1,6 y 2,5 metros por encima de la lámina del agua.
Últimas propuestas
A un mes de las elecciones catalanas, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, propuso modificar en julio y agosto el funcionamiento de las pistas del Aeropuerto de Barcelona de 10:00 a 14:00 horas para asumir más vuelos intercontinentales sin ampliar la tercera pista.
Esta propuesta implicaría convertir las pistas en independientes, para que ambas puedan acoger despegues y aterrizajes, por lo que también se generaría más contaminación acústica para los vecinos de Gavá Mar y Castelldefels (Barcelona).
Por otro lado, la plataforma ZeroPort y otras entidades ecologistas defienden que los proyectos de consolidación y ampliación de la actividad y las infraestructuras del aeropuerto son incompatibles con la crisis ecológica global.
También con la disponibilidad limitada de recursos energéticos y materiales, y con los diferentes compromisos y acuerdos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que apuestan por mantener su capacidad actual.
¿Quién decide?
El acuerdo del año pasado entre Govern y PSC incluía la creación de una comisión Generalitat-Gobierno para estudiar el modelo aeroportuario de Catalunya y transformar El Prat para ganar capacidad, no se hablaba de ampliar.
Finalmente, la comisión se creó en enero de 2024 tras un acuerdo del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, y la consellera de Territorio de la Generalitat, Ester Capella, y su objetivo es discutir el modelo que tiene mayor consenso.
Pese a esto, el Aeropuerto de Barcelona es una infraestructura competencia del Gobierno, por lo que la última palabra la tiene el ejecutivo de Pedro Sánchez.