El accidente de un tren Alvia que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol y que ha descarrilado minutos antes de las nueve de la noche en las proximidades de Santiago de Compostela es uno de los más graves registrados en España en los últimos años.
El siniestro que más víctimas mortales produjo tuvo lugar en enero de 1944, cuando un correo expreso, que también realizaba un trayecto entre Madrid y Galicia, chocó contra una locomotora. Según las cifras oficiales facilitadas en la época el número de fallecidos ascendió a 78. Otras 75 personas resultaron heridas. En 1972 se produjo otro gravísimo accidente de tren. El descarrilamiento del ferrobús de la línea Cádiz-Sevilla provocó 77 fallecidos.
El año 1980 estuvo marcado por dos choques de gran magnitud. En julio 17 personas fallecieron a consecuencia del choque frontal del Talgo Barcelona-Madrid con un mercancías detenido en la entrada del estación Torralba del Moral (Soria). Sólo dos meses después, en septiembre, el tren Madrid-Valencia colisionó con un autobús de transporte regular en un paso A nivel, que tenía las barreras levantadas, a la altura de la localidad valenciana de Chirivella. Murieron 27 pasajeros del autocar mientras que los viajeros del tren salieron ilesos.
El choque frontal de un tren TER procedente de Burgos y una locomotora provocó 7 muertos en enero de 1981. El accidente se produjo entre las estaciones de Miraflores y Soto del Real, en la provincia de Madrid. Ese mismo año, otras seis personas fallecieron al arrollar un tren a una furgoneta en un paso a nivel con barreras, situado a siete kilómetros de Segovia, mientras que 11 murieron al colisionar un ferrobús contra la parte trasera de un camión remolque, cerca de Huesca capital.
En septiembre de 1984, otra colisión entre un tren y un vehículo causó nueve muertos en el término de Villajoyosa (Alicante). El 88 estuvo marcado por dos accidente, uno de ellos con ocho muertos al chocar en Valladolid los expresos ‘Cantabria’ y ‘Costa Vasca’, y otro con 15 fallecidos, entre ellos diez niños de 3 a 5 años, cuatro maestras –una embarazada– y el conductor) al ser arrollado el autocar en el que viajaban por un tren que cubría la línea Zaragoza-Barcelona, en un paso a nivel sin barrera en Juneda (Lérida).
En septiembre de 1989 cinco viajeros murieron al chocar el Talgo Madrid-Gijón con un mercancías en la estación de Arévalo (Avila). En julio de 1990 se produjeron seis muertos al chocar el Intercity Zaragoza-Madrid, a la altura de las localidades madrileñas de Alcalá de Henares y Torrejón, contra una viga suelta de un mercancías que circulaba en sentido contrario.
Durante los años 90 han quedado registrados cuatro accidentes ferroviarios en agosto de 1993 (12 muertos), noviembre de 1994 (7 fallecidos que circulaban en una ambulancia arrollada), en febrero 1995 (cinco muertos) y marzo de 1997 (18 muertos).
Los más recientes
El último accidente de tren producido antes de la tragedia del Alvia en Santiago tuvo lugar en junio 2010 cuando 12 personas fallecieron al ser atropellados por un Alaris, que cubría la ruta Alicante-Barcelona, mientas cruzaban por un paso indebido en la localidad de Castelldefels.
En enero de 2001, 12 inmigrantes ecuatorianos murieron al arrollar un tren la furgoneta en la que viajaban, en un paso a nivel situado en el municipio murciano de Lorca.
El choque frontal de un Talgo y un mercancías provocó 19 muertos en junio del 2003 en el término municipal de Chinchilla (Albacete), mientras que en marzo de 2004, seis jóvenes fallecieron al ser arrollado el vehículo en el que circulaban en un paso a nivel sin barrera de la localidad de Martín de Yeltes, en Salamanca.
En mayo de 2004, cinco bolivianos fallecieron al ser arrollado el vehículo en el que viajaban por un tren cerca de la estación de ferrocarril de Hellín (Albacete). El 21 agosto de 2006, otras 7 personas perdieron la vida al descarrilar un Intercity que cubría la línea A Coruña-Hendaya, en la localidad de Villada (Palencia).