Estamos inmersos en un momento único e incierto, probablemente el más grave desde la Segunda Guerra Mundial, como se ha dicho, con una situación de crisis sanitaria sin precedentes, causada por un virus desconocido, con miles de personas fallecidas, decenas de miles afectadas y muchos otros, millones, confinados en sus (nuestras) casas ante esta amenaza invisible.
Y esto es ahora lo que realmente importa, atajar esta pandemia, seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, respaldar a nuestro sistema de salud y cambiar la orientación de esa maldita curva que tanto sufrimiento está provocando en todo el mundo y, de modo particular, en nuestro país.
Es cierto, sin embargo, que este difícil trance del coronavirus pasará. Y que, ojalá, lo haga más pronto que tarde y con el menor daño posible, porque, a medida que pasan los días genera otros focos críticos añadidos, principalmente en el contexto económico y también en nuestra cotidianidad.
“Con 1.400 millones de desplazamientos internacionales cada año, los episodios de crisis nunca son locales”
Así, desde la óptica de ObservarTUR, esta pandemia ha puesto de manifiesto en nuestro sector la importancia de varios hechos:
Con 1.400 millones de desplazamientos internacionales cada año, los episodios de crisis nunca son locales y, a la mínima, trascienden y traspasan las fronteras. De ahí la importancia de establecer herramientas de monitorización, análisis y seguimiento que permitan una evaluación continua de los diferentes escenarios que se producen a escala mundial.
En un mundo global, con un número cada vez mayor de empresas internacionalizadas, otro aspecto clave a tener en cuenta es la capacidad de anticipación para prever episodios de riesgo. En este sentido, podría resultar de mucha utilidad tejer una red supranacional de alertas susceptibles de impactar en la esfera turística.
Otro hecho insoslayable es la importancia de contar con una tecnología sólida, robusta y escalable, capaz de dar respuesta a las necesidades de las personas, aunque la demanda se produzca puntualmente en una proporción bastante mayor de la habitual, pues la avalancha de modificaciones y cancelaciones de reservas generadas en un corto espacio de tiempo ha comprometido en algunos casos la capacidad de respuesta.
Los viajes corporativos tendrán un papel fundamental en el restablecimiento de la confianza y servirán de ariete de la recuperación en el sector.
La inversión en tecnología, por tanto, es muy importante y la cacareada “transformación digital” de las empresas turísticas, más que nunca, se muestra como absolutamente necesaria y prioritaria.
La necesidad de proseguir prestando servicios ha obligado a muchas empresas turísticas a adoptar –con más o menos éxito– la fórmula del “teletrabajo”, algo que puede marcar una tendencia de futuro, pues como se ha podido comprobar, no solo alivia la congestión de las grandes ciudades, lo cual puede resultar una aportación decisiva para la sostenibilidad del planeta, sino que, además, también facilita de manera efectiva la pretendida conciliación de la vida personal y familiar.
Sin embargo, y una vez doblegado este enemigo, a partir del día después, habrá que tener en cuenta los cambios significativos que podría acarrear en nuestra industria, al menos hasta que gradualmente se vaya restableciendo la confianza. En este sentido, desde ObservaTUR, podemos aventurar ya algunas hipótesis:
Cabe pensar, por ejemplo, que el comportamiento de los turistas variará, es probable que se refuercen las garantías y los seguros o que los segmentos más jóvenes busquen ahora en mayor medida la intermediación de los profesionales de las agencias.
“Estamos convencidos en ObservaTUR es que las ganas de viajar permanecerán en la mayoría de personas”
No es descabellado pensar que se puedan replantear las actuales “estrecheces” en los medios de transporte y que se establezcan también nuevos protocolos de distanciamiento social, lo cual conllevaría inevitablemente un incremento de los precios de los viajes.
Gracias a la internacionalización de las empresas, los viajes corporativos tendrán un papel fundamental en el restablecimiento de la confianza y servirán de ariete de la recuperación en el sector.
La industria del MICE, en una primera etapa tras la vuelta a la “normalidad”, habrá de apoyarse más en las herramientas tecnológicas para celebrar sus encuentros, con un auge, por ejemplo, de las videoconferencias y espacios virtuales.
Las medidas de impulso a la actividad económica implantadas por los gobiernos permitirán a las empresas turísticas y los destinos destinar partidas presupuestarias importantes para llevar a cabo campañas de imagen y un mayor esfuerzo promocional.
“En una segunda fase y dependiendo de la evolución global del virus, España pueda convertirse en el refugio turístico del mercado vacacional europeo”
Inicialmente, se reforzará el turismo nacional, pero también es posible que, en una segunda fase y dependiendo de la evolución global del virus, España pueda convertirse en el refugio turístico del mercado vacacional europeo.
El día después a este mal sueño algunas cosas habrán cambiado. No cabe duda. Pero de lo que estamos convencidos en ObservaTUR (al menos ese es nuestro deseo) es que las ganas de viajar permanecerán en la mayoría de personas, pues la cultura de los viajes es ya un hecho irrenunciable para todas las sociedades. Y ese día, nuestro sector, estará ahí para dar una respuesta eficiente a esa necesidad.
El fin de la pandemia: el día después
1 COMENTARIOS
Anibal Castellanos
28/04/2020 | 12:01 horas
#1
Buen dia
solicitando información, si en las proyecciones las personas que hallan comprado boletos para el mes de agosto sera posible que viajen sin problemas.