La compañía ferroviaria Renfe ha propuesto al Ministerio de Hacienda y Función Pública, a través del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la creación de una sucursal en Francia para acometer su implantación en ese mercado, incluyendo la alta velocidad y los servicios de carácter público (cercanías y medias distancias).
Así lo ha acordado el consejo de administración de la empresa tras su última reunión, con el objetivo de permitir a Renfe Viajeros llevar a cabo firmas de contratos, comercializar servicios (venta de billetes), emitir facturas, contratar personal o realizar importaciones, entre otros.
“Esta nueva estructura refleja la voluntad de Renfe de apostar por el mercado francés y permanecer a largo plazo, siendo esto una pieza fundamental en su plan estratégico de expansión internacional para convertirse en un operador de referencia, a través de la prestación de servicios de calidad, seguros y eficientes”, ha señalado la compañía en un comunicado.
Por otro lado, la empresa española continúa desarrollando los trabajos para conseguir el certificado de seguridad para operar en toda Francia (como ya lo tiene SNCF-Ouigo para operar en España) y poder aprovechar la incipiente liberalización que el Estado francés y SNCF han anunciado.
Por ahora, Renfe ya ha obtenido los certificados para operar en las líneas Barcelona-Lyon y Madrid-Barcelona-Marsella. Una vez concluya la formación de los maquinistas y se consigan todas las habilitaciones necesarias para operar estas líneas, la enseña española definirá el plan de transportes, que previsiblemente será progresivo hasta alcanzar las 28 circulaciones semanales.
El pasado 16 de enero se iniciaron las pruebas de sus trenes AVE que circularán entre España y Francia, que consisten en reproducir las características del servicio comercial, para demostrar la solvencia operacional.