El Ayuntamiento de Valencia ha aprobado por unanimidad, en el pleno ordinario de mayo, suspender la tramitación y el otorgamiento de licencias para apartamentos turísticos en la ciudad durante un año prorrogable a otro.
La alcaldesa de la capital valenciana, María José Catalá, anunció el pasado viernes la decisión de su equipo de plantear esta moratoria y de llevarla, por despacho extraordinario, a la sesión plenaria de esta jornada. En esta convocatoria, la propuesta impulsada por el gobierno municipal ha recibido el visto bueno de todos los partidos que conforman la corporación, el PP y Vox en el gobierno y Compromís y PSPV-PSOE en la oposición.
La suspensión afectará a los alojamientos temporales situados en comunidades de propietarios y en bajos comerciales y no a los edificios completos de apartamentos turísticos, cuya actividades son equiparables a las de un hotel. La medida se extenderá a toda la ciudad (El Cabanyal ya tiene actualmente su propia regulación y en Ciutat Vella este tipo de licencias está suspendido ya) y llegará las pedanías: El Palmar, El Saler y El Perellonet, Benimàmet, Carpesa, Poble Nou, y La Punta.
La moratoria afecta desde su aprobación a todas las declaraciones responsables para nuevos apartamentos turísticos, pero no afectará a los proyectos ya presentados antes de la publicación de la nueva medida en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana.
En concreto, quedan excluidos de la suspensión los inmuebles que tengan asignado uso terciario exclusivo, los hoteles o bloques de apartamentos enteros; así como los apartamentos turísticos previstos en primeras plantas que tengan acceso independiente.
Asimismo, la moción aprobada se plantea seguir adelante con el Plan de Inspecciones de apartamentos turísticos iniciada el pasado verano por el equipo de Catalá tras acceder al ejecutivo local.
El texto reconoce el impacto económico que genera el turismo en la ciudad, pero advierte de que “el crecimiento sin control a expensas del parque de vivienda amenaza con romper el equilibrio que garantiza que Valencia sea una ciudad para vivir con un entorno urbano de calidad” y en ese sentido pone como ejemplo de ciudad turistificada a Venecia, “donde la práctica totalidad del espacio ha sido ocupado por los turistas”.
Por ello, aborda conceptos como la gentrificación de los barrios y la turistificación, así como la alta rentabilidad de las viviendas turísticas frente al alquiler convencional.