Un análisis de los grupos verticales del turismo español habría sido muy diferente hace poco más de un mes. Por esas fechas, aún no se habían producido las dos operaciones –o movimientos sísmicos– que condicionarán el futuro del sector en los próximos años. En primer lugar: la venta de Air Europa a Iberia, que permitirá a Madrid competir con otros hubs internacionales, según, Luis Gallego, el presidente de la aerolínea. Y en segundo lugar, la fusión de las aéreas emisoras de Globalia y Avoris, una operación que creará el mayor grupo turístico de Europa, según Martí Sarrate, presidente de Acave.
Ambas transacciones han tenido como protagonista más destacado a Globalia. El grupo de la familia Hidalgo ha vendido Air Europa a IAG por 1.000 millones de euros –un gigante aéreo que agrupará el 72% del tráfico de vuelos nacionales– y ha fusionado su área emisora al 50% con la del Grupo Barceló.
En otras palabras, a falta de la aprobación de los organismos de Competencia correspondientes, Globalia le entrega a Iberia su división más rentable –le reportaba el 52% de sus ingresos– y comparte con el Grupo Barceló su área de viajes.
Eso sí, al frente de este nuevo gigante turístico no estará Gabriel Subías. El hasta ahora CEO de Ávoris, al que todas las apuestas situaban como máximo favorito para pilotar este proyecto, ha abandonado recientemente la división de viajes del grupo Barceló.
En cuanto a Globalia, sus últimas operaciones indican que en los próximos años podría confirmarse el desmantelamiento del grupo turístico que impulsó Juan José Hidalgo.
Más aún, tras confirmarse que el consorcio formado por Talgo, Globalia y Trilantic no está entre los seleccionados para competir con Renfe cuando se liberalice el AVE en 2020. Se especulaba con que sería en este segmento en el que la compañía invertiría los réditos obtenidos con la venta de Air Europa al holding IAG.
Así las cosas, a Globalia, le queda en exclusiva únicamente su empresa de servicios de handling, Groundforce, que no ha entrado en la transacción con IAG, y su división hotelera Be Live Hotels.
La red de alojamientos de cinco y cuatro estrellas suma más de 10.000 habitaciones en 34 establecimientos repartidos por España, Portugal, Marruecos, Cuba, República Dominicana y Colombia. Be Live Hotels ha registrado un crecimiento exponencial en los últimos años, pero no es descartable alguna transacción en la que se vea involucrada la cadena, toda vez que algunos de sus hoteles han suscitado el interés de otras compañías.
Condiciones de la fusión
Volviendo a la fusión de las áreas emisoras de Globalia y Barceló –una operación liderada directamente por Javier Hidalgo y Simón Pedro Barceló, según indicaron ambas compañías en un comunicado conjunto–, se espera que de la operación surja un nuevo grupo que aspira a disputarle el liderazgo del segmento de las agencias a Viajes El Corte Inglés. No es para menos: de la operación emergerá un gigante turístico con más de 1.500 puntos de venta –si como prometen desde Globalia, no se cierra ninguna oficina–, que superará los 3.700 millones de euros de cifra de negocio.
Por la parte de Globalia, la unión incluye Halcón Viajes, Viajes Ecuador, Travelplan, Welcome, Geomoon, Globalia Meetings&Events, Globalia Autocares y Globalia Corporate Travel. Del lado de Barceló, todas las marcas de la división de viajes del grupo turístico, Ávoris:?B the travel brand, Catai, Rodhasol, Bedtoyou, BCD Travel, BCD Meetings & Events;?y las aerolíneas Evelop y Orbest.
Mientras sindicatos y empleados de las agencias de ambos grupos mantienen su preocupación por la posibilidad de que la compañía resultante reduzca agencias y, por tanto, puestos de trabajo, otras voces como la del presidente de la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave), Martí Sarrate, definen la operación como positiva porque “demuestra la fortaleza del sector, además de crear uno de los mayores grupos turísticos de Europa”.
Dejando a un lado estas valoraciones, lo que sí parece claro después de la integración, la venta de Air Europa a IAG, la fallida entrada en el negocio ferroviario y una presencia hotelera de escasa envergadura, es que Globalia pierde fuerza y Barceló se convierte en el último gran grupo turístico vertical de nuestro país, habida cuenta de que ni Gowaii ni Wamos poseen una estructura operativa del calado de la del grupo mallorquín.
La duda que falta por resolver es en qué dirección desea moverse el Grupo Barceló en los próximos años.
Rumores e intereses
Cuando hace poco más de un año este medio preguntaba al entonces CEO de Ávoris, Gabriel Subías, si el cambio en el nombre de la división de viajes del Grupo Barceló obedecía a una estrategia de venta, la respuesta no podía ser más esclarecedora: “Hoy en día está todo en venta”, señalaba, mientras recordaba que anteriormente “la empresa ya vendió toda la división de viajes, aunque después recompraron Viajes Barceló por un tema de marca”.
Las palabras de Subías, que afirmaba que “lo lógico” es que Barceló “se concentre al 100% en los hoteles” sin determinar cuándo, se producían meses antes de que el presidente de Silversea Cruises, Manfredi Lefebvre, manifestase su interés por invertir en el mercado español.
El grupo Barceló no ha vendido Ávoris y el interés de Lefebre, que muchos relacionaron con la división de viajes de la compañía mallorquina, no ha acabado por concretarse en una operación de compra real. Con todo, ambas declaraciones indican que la voluntad de la familia es centrarse a futuro en el negocio hotelero.
No en vano, Barceló intentó fusionarse con NH antes de hacer lo propio con sus áreas emisoras y las del grupo Globalia. En 2018, la compañía incorporó a su porfolio 13 hoteles y, en total, cuenta con 250 establecimientos en el mundo.
Barceló ha acometido operaciones de gran importancia este año: en diciembre abrirá sus puertas el Maya Riviera tras una fuerte inversión de 226 millones y en los últimos meses ha desembarcado en países como Polonia, Hungría y Eslovenia.
Si acaba por definirse una apuesta decidida del grupo Barceló por una concentración horizontal que apunte hacia el segmento hotelero, unida al desmantelamiento de Globalia, se pondría fin a la larga tradición de grupos turísticos verticales que en España han liderado ambos después de que Marsans y Orizonia acabasen fracasando.